Siempre hubo. Y es inevitable, siempre habrá. Es imprescindible que haya.
Convivimos. Reparo en ajenas mediocridades, intento encender la luz que nos guíe pero la necedad es persistente.
Comparamos. Insisto sobre el valor de lo bien hecho; pero el adocenamiento arrolla.
Compartimos. Argumento contra la vulgaridad pero el simplismo decide.
Lo sabemos. Nos ciega la zafiedad y nos guía el egoísmo.
Callamos. Reconocemos ajenas ignorancias; pero nos reafirmamos en nuestra incivilidad.
Siempre hubo mediocridad; cada tiempo tiene las suyas; quisiera poder mantener una oposición firme hasta el final.
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