miércoles, 12 de marzo de 2025

¿Por qué escribo?

 

A mi me cuesta pensar, quiero decir, pensar de manera ordenada. 


Desarrollar un pensamiento, por simple que sea me resulta difícil. Porque de lo que se trata  es no solo ser racional en lo que se razona; se trata de cuestionarse esa respuesta inmediata que tenemos los que no podemos estar callados, respuesta llena de prejuicios, de frases hechas y de pensamientos enquistados. Se trata de explorar otras opciones por extrañas que parezcan, de buscar otras salidas, por duras y contradictorias que sean. Pensar no es fácil; al menos, no para mi.


Cuando escribo me obligo a ser coherente y no me conformo con la idea simplista. Me exijo más cuando lo escribo; si poco sentido tiene decir tonterías, escribirlas me es inaceptable.


Por eso escribo, para entender. 

Por eso escribo, para pensar. 

Por eso escribo, para sentir; porque escribir también me ayuda a sentir  (cuántas veces no he reído y llorado cuando escribía)


Y lo que pienso, 

                          y  lo que  siento, 

                                                     más lo que hago, 

                                                                                es lo que soy.  


Por eso escribo, para ser.

lunes, 3 de marzo de 2025

¿Por qué viajo?

Se viaja para contarlo, decía simplonamente un amigo. A él no le gustaba viajar.  

A mí me gusta hablar de mis viajes antes de comenzarlos y mientras los hago; luego no tanto. Lo vivido lo almaceno, lo filtro y al poco lo olvido casi todo; pero siempre me queda el aroma.

Contarlo también ayuda a revivir lo vivido. También a fijarlo mejor en la memoria. Revivir, vivirlo una y otra vez, una tentación a la que no es fácil sustraerse.

Contamos lo que sentimos,  pensamos y  vivimos. Nos gusta compartir lo nuestro. Y nos gusta lo que otros nos cuentan; cuando reparamos en que no les escuchamos lo lamentamos. Porque hablar y escuchar es vivir y esto es a lo único que no podemos renunciar.  También por esto viajamos, para vivir.

Yo viajo por diversión, por "dirigir la atención a otro lado". Viajar, como leer, me  ayuda a conocer a otras gentes, entender otras formas de pensar y de sentir, otras formas de vivir. Y me gusta sentirme apreciado por gente que no conozco. Y me gusta ayudarles si puedo y contarles lo que pienso y lo que siento. Viajar me ayuda a entender cómo de diferentes somos siendo como somos todos tan similares. Me ayuda a ponerme en el lugar del otro.  

Viajar por lugares diferentes es también viajar por la historia, es volver la vista atrás cien años, o mil, a veces diez mil. Y reconocer en los que encuentro por el camino a aquellos que se fueron hace cien, mil o diez mil años. 

Viajar es aprender.  Todos queremos aprender, cada uno a su manera; yo viajando, aprendo.

Lo cuento por compartir lo aprendido. Y para divertirme.