lunes, 3 de marzo de 2025

¿Por qué viajo?

Se viaja para contarlo, decía simplonamente un amigo. A él no le gustaba viajar.  

A mí me gusta hablar de mis viajes antes de comenzarlos y mientras los hago; luego no tanto. Lo vivido lo almaceno, lo filtro y al poco lo olvido casi todo; pero siempre me queda el aroma.

Contarlo también ayuda a revivir lo vivido. También a fijarlo mejor en la memoria. Revivir, vivirlo una y otra vez, una tentación a la que no es fácil sustraerse.

Contamos lo que sentimos,  pensamos y  vivimos. Nos gusta compartir lo nuestro. Y nos gusta lo que otros nos cuentan; cuando reparamos en que no les escuchamos lo lamentamos. Porque hablar y escuchar es vivir y esto es a lo único que no podemos renunciar.  También por esto viajamos, para vivir.

Yo viajo por diversión, por "dirigir la atención a otro lado". Viajar, como leer, me  ayuda a conocer a otras gentes, entender otras formas de pensar y de sentir, otras formas de vivir. Y me gusta sentirme apreciado por gente que no conozco. Y me gusta ayudarles si puedo y contarles lo que pienso y lo que siento. Viajar me ayuda a entender cómo de diferentes somos siendo como somos todos tan similares. Me ayuda a ponerme en el lugar del otro.  

Viajar por lugares diferentes es también viajar por la historia, es volver la vista atrás cien años, o mil, a veces diez mil. Y reconocer en los que encuentro por el camino a aquellos que se fueron hace cien, mil o diez mil años. 

Viajar es aprender.  Todos queremos aprender, cada uno a su manera; yo viajando, aprendo.

Lo cuento por compartir lo aprendido. Y para divertirme.


4 comentarios:

  1. Me conmueve leer que alguien apueste por querer ponerse en el lugar del otro.
    Y aunque no te guste hablar de los viajes una vez ya han pasado, estoy segura que los recordarás. Ya sabes, re-cordis, = pasar por el corazón.

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    1. Muchas gracias prima. Sobre todo porque me has descubierto una etimología que no conocía y que me parece preciosa. El origen de muchas palabras es mágico.

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  2. Janca, enhorabuena, has sobrevivido y gracias por compartir tus impresiones. Sigue conociendo mundo mientras pueda, porque con el tiempo se paran los motores y ya no podrás, pero tendrás los recuerdos, esos no se pierden. Te lo digo por experiencia.
    Habrás podido comprobar que el asado uruguayo es buenísimo, pero no se si llega al nivel del arandino. Nuestro amigo uruguayo no lo tenía claro. Yo sí y por eso vuelvo de vez en cuando a la calle Isilla.
    Feliz regreso.

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    1. Muchas gracias Paquito. Como siempre un comentario motivador. Sobre la carne yo creo que lo hablamos largo y tendido alrededor de un buen lechazo. Hablamos

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