sábado, 16 de abril de 2011

¿Qué desea caballero?

A lo que el engolado pasajero (sé de lo que hablo) responde: una copita de cava. La azafata deja a un lado la impostura, se da la vuelta y en un tono llano pide a su compañera que le ayude. ¿Me permite caballero? Muy amable. María, pásame el cambio. El señor continúa la acalorada discusión con su compañero de asiento.

Dos en uno. Esquizofrenia. Código insulso de palabras huecas y almas sencillas bien educadas.

Inaguantable la impersonalidad y asepsia que abunda en restaurantes, hoteles, aeropuertos.

Luego es el comandante: ".... la meteorología en Madrid es buena".... Como si una ciencia pudiese ser mala; todos entendemos que se refiere al tiempo. Al aterrizar, esa azafata sido compañera de viaje, se adueña del micrófono y dice ufana: "Bienvenidos a Madrid"; como si nos estuviese esperando. Mal-hallados, dan ganas de responder.

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