miércoles, 8 de febrero de 2023

Poca Broma

Las últimas entradas son del viaje a Chile en 2019. La pandemia de 2020 paró todo, pero entre una fecha y otra hubo algún viaje fuera de España que que me apetece recordar.

El primero de ellos, Nápoles,  sobre el que empecé a escribir para este blog pero que se quedó en borrador. Esto es lo que me viene a la memoria: la vivacidad de la ciudad, Nápoles es el más puro sur que recuerdo; la pasta, todos los días comimos pasta, cada día mejor que el anterior; y el teatro Carlos III, inmenso. Imposible no mencionar Pompeya, Herculano y la luz de las islas. 


De Amsterdam imposible olvidar  el olor a marihuana. Gante,Brujas, los molinos...y lo mejor, sin duda,  la frescura de M. y S., un regalo. Y hay que decirlo: volvieron vegetarianos.


A finales de año fuimos a Estados Unidos, B., J. y yo; allí nos esperaba C. La mitad en Nueva York, donde cada momento es un nuevo recuerdo, eso sí, conscientes de que la ciudad es inabarcable. Y la otra mitad en California. Largas horas de carretera, noches de motel, San Francisco…y sobre todo, la grandeza de sus parques. Death Valley, un sueño. Hay que volver. Lo mejor, el equipo. 


A lo largo del año fuimos a Londres, nuestra ración anual, ésta lo era antes de la definitiva salida de los británicos de la Comunidad Europea. Lo que no podíamos imaginar es que los siguientes tres años la visita anual no se produciría. Poca broma.


La pandemia que saltó en 2020 cortó alas. No todo el mundo remontó el vuelo. Ese año quería haber ido a la India, A. estaba allí, se tuvo que volver. Hubo que cambiar las aspiraciones viajeras. Tiempo de centrarse en lo cercano: la ciudad en la que vivimos, los pueblos que la rodean, las ciudades a las que nos era permitido ir.... Lisboa, sus fados, la Ribeira Sacra, heroica, Ibiza, Coruña, amigos, Madrid, sus conciertos,  Andalucía, sus ciudades y sus pueblos, la costa cántabra, Olmedo y  Mérida, sus teatros, los Arribes del Duero, !ah Portugal!  Algunos de estos lugares ya han entrado en nuestra rutina viajera, 

    

La Seminci también ha forzado pausas en estos años; se nos olvida, se nos olvida casi todo, pero así ha sido. Poca broma.


Escribo esto en el avión que me lleva a Bogotá donde ahora son las dos de la tarde, en España las ocho. En unas horas comienzo un nuevo paseo por tierras americanas. Colombia es el destino. Esta vez he cogido algún día más, quiero ir más tranquilo. 



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