jueves, 2 de febrero de 2017

La escuelita






Estamos en La Lagunilla, en la Reserva Natural de Paracas. El niño de la foto se llama Carlos, un nombre que se agradece en un país donde lo normal es llamarse Willian, Omar,Elisabeth , Gino, Juli o Joel ( estos últimos pronunciados yino,yuli y yoel).

Con Carlos he hablado un buen rato, mientras me comía un riquísimo pescado de roca llamado chita (sí, como la mona). Hemos hablado de lo que hace, porque ahora está de vacaciones, y ayuda a su madre en el restaurante; me ha dicho que prefiere la escuela. Cuando le he preguntado qué aprende en la escuela me ha respondido con toda normalidad: "me enseñan a respetar a las personas mayores y a que tengo que ayudar a mi madre en casa" . Y nada más, silencio; pasado un rato he insistido y me ha hablado de matemáticas y comunicación (?) pero con poco fervor, como si esto fuese secundario. Estoy convencido de que es verdad que se lo enseñan. Pero aún más convencido estoy de que lo aprenden. 

Por cierto, la  niña de la foto es prima de Carlos, se llama Priscila.

Bamboo lodge, mi hotelito
Disfruto observando las aves que se acercan a esta caleta, hago alguna foto y me preparo para la vuelta, busco quien me lleve (a mí y a la bicicleta) y el mismo que me atrajo al "restaurante de la tía pili" saliendo en moto a las puertas del pueblito, es el que me consigue camioneta.
Ya de vuelta en Paracas  me doy una ducha y me siento en la terraza de mi hotelito mirando al Pacífico a ver anochecer, cafecito con pastel de manzana y a dormir cruzando los dedos porque el calor no me lo impida.


Aves en la Reserva de Paracas (La Lagunilla)







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