sábado, 11 de febrero de 2017

Los Incas

Amanecí en Cuzco a las cinco de la mañana. En el hotel me dieron la habitación nada más llegar (increíble en Europa) y me pude duchar y desayunar como un señor (y no me lo cobraron, increíble en sitio alguno). 

He estado cuatro días en Cuzco ( dos noches en la capital y otra en Ollantaytambo). He visitado las principales ruinas incas de nombres imposible de recordar: Qorikancha,Sacsayhuaman, Q'enqo, Pukapukara, Tambomachay, Pisac,Ollantaytambo y por supuesto Machu Pichu. Casi todos saben cuán impresionante es este último, pero pocos han oído hablar del resto. Pues bien, algunos son realmente impresionantes. Y sé que algún otro que no he podido ver, también lo es. Ahí van fotos. 




























































Pero como siempre sucede, más interesante que las piedras han sido las vivencias. Tiempo habrá para contarlas.

Decidí hacer todas las escapadas y visitas por mi cuenta, con guías que me ilustrasen pero sin caer en la tentación del turismo fácil, algo casi imposible en Cusco.
A las ruinas cercanas a Cuzco me fui en colectivo ( autobús público ) y allí contraté un guía con el que aprender y discutir. En Picsa, más alejado de la capital, hice lo mismo. En Ollantaytambo me fui por libre y en Machu Pichu compartí guía con un grupo de peruanos que me hicieron la visita muy agradable. 

Yo diría que en general, los guías oficiales están cualificados. Esto no impide que cada uno vea la historia con distintos ojos. Un tema como el imperio inca da para el debate, pero si añades la colonización española y los sucesivos virreinatos e independencia del país, hasta el más templado es puesto a prueba y, la verdad, yo soy de sangre más bien caliente. 

Es cierto que el imperio inca llegó a niveles de desarrollo sorprendentes; que sus conocimientos de astronomía y construcción eran extraordinarios; que las obras que hicieron son imponentes y perduran a pesar de terremotos y otros infortunios. Su capacidad para vencer las mayores dificultades que la naturaleza presenta e imponerse retos imposibles es admirable. 

Pero todo esto no justifica a quienes muestran el mundo inca como un mundo idílico. Las piedras las subían los pobres, las tallaban los pobres; el Inca (jefe supremo) se autonombraba hijo del dios Sol  y por tanto "intocable". Los nobles, como siempre en busca de sus títulos y prebendas, cerca del Inca; y el clero siempre buscando su hueco a la vera de la corte. Esto no lo digo yo, lo dicen todas esas ruinas que he visitado. 
En fin, la historia de tantos y tantos imperios. Quién puede imaginar que fuese de otra manera con un imperio de organización autocrática, que se había ido creando con la eliminación de otras culturas anteriores, con una población de más de doce millones y que llegó a abarcar lo que hoy es Ecuador, Perú, Bolivia y parte de Chile, Argentina y otros países.  

Dicho lo anterior creo que el imperio Inca fue admirable, digno de estudio y aprendizaje. Un campo fascinante  para la investigación, la arqueología , la etnografía y tantas otras ciencias. En este sentido sí me gustaría manifestar mi incredulidad ante el hecho de que todavía no se haya confirmado si los incas desarrollaran un sistema de escritura. Esto nos daría mucha luz sobre su cultura. Porque todo lo que sabemos es por transmisión oral e interpretación de dibujos. No hay nada escrito hasta la colonización. El inca Garcilaso que es el más reconocido cronista de la época, nació 30 años después de la llegada de los españoles y desde los 20 años vivió en España. Ya está dicho todo. 

Dos cositas más sobre los incas  y los invasores. Que si los incas hacían o no sacrificios humanos; respóndase uno mismo que se crea hijo del dios Sol. Y recordar que el apogeo del imperio inca fue con el Inca Pachacutec, a mitad del siglo XIV.  Los españoles "acabaron" con los incas dos siglos después, cuando estaban en decadencia y sus luchas internas tanto ayudaron al éxito de los invasores. 

Y basta por hoy que me estoy poniendo divino. 

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