miércoles, 13 de febrero de 2019

Posfacio. Reparando olvidos.

Las empanadas
Siento debilidad por las palabras, por el idioma, supongo que se lo debo a mi padre. Él siempre citaba a Unamuno cuando para quitar interés a la forma hablaba de las “gramatiquerías”. Pero Unamuno, como mi padre, como yo, todos somos amantes de las formas del idioma, qué duda cabe. Y los vericuetos por los que anda nos emocionan. En Chile me he encontrado con mucha gente que también así lo siente. A más de uno, joven o viejo, pregunté por una palabra o expresión y me contestó: “pero eso no está en la RAE”. Más tarde yo consultaba y a lo mejor sí estaba o a lo mejor no.  Su amor por la palabra estaba claro.

Quizás haya observado el atento lector que no pongo tilde en la palabra video. Mimetizo con el entorno. Mi padre decía que vídeo (con tilde) era “un palabro”, que en el español más puro, el que se habla más allá del Atlántico, decía él, se dice video (sin tilde).
Mesero, quien atiende las mesas en un restaurante. Qué podía ser si no.
Tomar que no beber. Bebestibles, fácil. Una copa de vino, nunca un vaso. Bebidas, los refrescos. El plato principal en una comida es el fondo, no me parece mal. 
La estación es solo de trenes. El autobús para en la Terminal. Vaya enfado se me cogió un pollo con esta confusión.
Aquí los dibujos animados son monitos animados. Me gusta.
Lo contrario de ingresar y que se utiliza de continuo es egresar. Qué sencillo, qué bien.
No se dice cuánto tarda en llegar sino cuánto se demora. A mi me suena más prudente.
Un hombre seco es un hombre capaz.
Pololo/a, novio/a.
El grifo es la llave, por qué no.
Chicotea los caracoles, apúrate.
Estaba de mala caña, con un hachazo, con resaca.
Tener una chiva, una escusa.
Y las horas, en inglés: diez para las nueve, cuarto para las dos…Qué difícil.
Aquí las cosas no se tiran, se botan. Tirar es otra cosa, me dicen. Me acuerdo del coger argentino, pero no sé si estoy bien encaminado.
Y tantas otras que he citado más atrás: bajativo, altiro etc.

Cambiando de tercio, no quiero que se me olvide una última curiosidad sobre la mesa: aquí el tomate, como fruta que es, siempre se sirve pelado. Una gozada. Era la época, he comido los que he querido.

Últimas noticias sobre el temporal: al día siguiente de dejar Iquique, llovió. Cerraron el aeropuerto.  En dos horas más que en los últimos quince años. 

Noticias de mi amigo el concejal de San Fabián. Esta mañana tenía un guasap suyo a primera hora: buen viaje, decía. Increíble. Y ya que le menciono recordaré una pequeña conversación que tuve con Rodrigo sobre el lugar de nacimiento de Violeta Parra. Como se sabe, la casa natal está en  San Carlos, pero los de San Fabian se pelean por el lugar de nacimiento (aunque ya tienen, ese confirmado, el de Nicanor Parra, hermano y antipoeta) y mi amigo político me dio mil argumentos para justificar que no era sancarlina, que nació en San Fabián. Yo le contesté que a mi parecer este tema le traía al pairo a la amiga Violeta porque nunca lo aclaró ni lo desmintió, ni hay constancia de que volviese por estas tierras o le preocupasen lo más mínimo. Y que siendo así, para mi no era ni de un sitio ni de otro. Ante tal contundencia argumental solo pudo decir: pero Nicanor sí, ese sí.


Luchito

Luchito es un hombre inteligente, bueno, amable y educado. Y es un  hombre culto que lo mismo habla de historia que de etimología y que en cualquier conversación sabe poner su granito. Él me enseño que pololo tiene al menos tres significados: insecto, novia, pantalón corto. 

Luchito habla de su mamá y de su papá con gran respeto. Aquí siempre le dicen mi mamá y mi papá, nada de padre ni madre; en sus voces tiene una sonoridad especial. Luchito acabará este próximo año su ingeniería metalúrgica pero su pasión es la música. Esta mañana se ha levantado para despedirme, le he preguntado qué le gusta hacer por la mañana, responde que hasta hace poco lo primero que hacía era cantar , “ahí es ná”. Ahora cree que es mejor que la voz caliente poco a poco y empieza más tarde. Él quiere ganarse la vida con la música. A su papá el plan no le seduce pero Luchito está decidido. Hace dos años tuvo una depresión que le alejó de este mundo, dudas con la ingeniería, la muerte del abuelo en casa… Luchito es un hombre sensible. A las dos horas de llegar yo a Los Andes dejó sobre mi cama (su habitación que le quité) una décima de bienvenida.  El gato que merodea por toda la casa y al que recogió en las calles dice le ayudó mucho a superar la depresión.  Luchito es adicto a la música, cuando no es el violín es la armónica o está componiendo o cantando…. Hay que decirle: para. Y él con humildad pregunta: ¿le canso? Y a los dos minutos se emociona de nuevo enseñándote en el móvil la última canción que ha compuesto o cantándote un bolero, sabe que me gustan.

La habitación de Luchito.
Luchito me ha dado una lista con más de 25 grupos/cantantes/canciones. Antes de salir le he pedido que me la redujese para compartirla en el blog.  Se que a alguno de mis seguidores le interesará. Algo he oido estos días, creo que merece la pena profundizar, habrá de todo, seguro: rancheras, boleros, cuecas.

    • Orquesta punta e diamante
    • La flor del recuerdo
    • Daniel Muñoz y los Marujos
    • Nano Stern
    • Los Visconti
    • Los nocheros
    • Cantata Santa María de Iquique
    • El temuticano, Tito Fernández
    • Inti-illimani, el canto de todos
    • Santiago del nuevo extremo
    • Los del Mapocho, 

Como diría mi padre, bellísimas personas,  todos ellos, Luchino, Gisselle, el Mecho (obsérvese que he corregido, no es Mencho) y la Inés. Todos.Hay que ver la preocupación de Mecho por lo que hubiera podido ser lo que no fue casi nada: un pequeño incidente que tuve al abrir la puerta trasera del coche (se arregló con 15 dólares). Y la de Inés por si nos perdíamos en Valpo.

La gente chilena en general me  parece tranquila y educada. No saben decir no. Un día en un hotel pedí que me imprimiesen algo; altiro soltó el recepcionista sin dudarlo, se me quedó mirando como esperando algo y al poco me dice: lo único es que no tengo impresora. En los autobuses, en los que tantas horas he pasado no hay persona mayor que baje sola, siempre hay una mano amiga, también para los bultos, también en los autobuses urbanos. 

He tenido mucha suerte en este viaje, si no me equivoco solo me he cruzado con un español (la estudiante de Iquique) y las conversaciones con turistas de latitudes no hispanas no han pasado de tres, ese es todo el inglés que he practicado. Siempre chilenos, en un viaje eso no tiene precio. 


Y esto es todo en Chile. Como ya dije, estos viajes también quieren serlo hacia adentro.  Este cuaderno me ayuda mucho. Entiendo que a veces  pueda resultar largo y pesado. Lo siento por ustedes, a mi me sirve. 




Ciudad fantasma












Minicollage




Mariscales para llevar



















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