Voy hacia un lugar llamado Paso de los Toros, un pequeño pueblo “como del oeste”. En autobús, un buen autobús. Son las 9:30 del domingo 16. Justo antes de salir oigo una conversación detrás de mi: “fuertes lluvias me ha dicho“. No espero, echo un vistazo en internet y efectivamente, veo que hacia donde voy todo son lluvias. Creo que afecta a una gran parte del país. Mi reserva en Paso de los Toros es en un “hotel de cabañas”. Lo malo es que no hay mucho donde elegir, ni en ese pueblo ni en los que hay antes ni en los que hay después. Dedico más de una hora a buscar alternativas y decido mantener el destino ( a tres horas y media) y buscaré un hotel cuando llegue (si lo hay; si no, camino de vuelta, tan inexistentes son las opciones). Por cierto, que la carretera por la que vamos está en reconstrucción, están doblando los carriles y causa una sensación terrible de provisionalidad. Creo que toca domingo de casita y lectura.
Pero volvamos al día de ayer en Montevideo.
Me llama la atención un llamado “Centro Cultural de España” y entro. Fue inaugurado en 1996 por los reyes de España y ahí sigue, con su biblioteca, sus ciclos de cine y sus exposiciones; en la azotea hay un jardín y, aunque el edificio solo tiene cuatro pisos, las vistas se me hacen mucho más cálidas que las del piso 22 del día anterior. El edificio es del estado uruguayo, la financiación creo que compartida con el español. No pude por menos que pensar en qué interés tienen este tipo de “centros”. 18000 libros en la biblioteca, tres lectores; una pequeña exposición “audiovisual” que seguro que recibió sus visitas el día de la inauguración, un piso dedicado al tebeo, un panel sobre Paco Roca, otro sobre Ibáñez, montón de Mortadelos y de Axteris. no menos de 6 u ocho personas permanentemente atendiendo el recinto y otras tantas en la trastienda. Todo ello para que un tío raro como yo decida visitar este Centro en lugar de uno de los inigualables museos que adornan la ciudad; no creo que ayer hubiese otro visitante, no mientras yo estaba allí. No sé. No entiendo.
Mortadelo y Filemón. Y otros muchos. |
Desde la bonita azotera |
Quería oír cantar tangos. La guía, lonely planet, no ayuda, muy insuficiente. Internet tampoco, Deben ser los carnavales,…. o yo….o los tangos. Al final fui a un bar que me dijeron, pero solo había baile. Me apunté un centro, “joventango”, intentaré visitarlo en mi última noche en Montevideo. Como tenía tiempo antes de comer, seguí el consejo de un iluminado, vaya a verlo, merece la pena, el “Mercado Agrícola”…. !Joder! Ya se lo imaginan, otro mercado gastronómico…!Qué horror! Menos mal que el autobús fue barato y me podía permitir los 20 minutos de ida y los otros tantos de vuelta.
A primera hora de la tarde me fui al cine. Sí, me fui a la cinemateca nacional. Sé que extrañará pero amaneciendo a las 7 de la mañana el día es muy largo y da para todo. “El joven Lincon”, de John Ford, con Henry Fonda jovencísimo, a veces irreconocible, la gesticulación inconfundible. La tenía en mis pendientes, no podía dejar de verla en pantalla grande. Disfruté.
Por la noche al teatro. Ricardo III, de W. Shakespeare. Una compañía de teatro independiente, “El Galpón” Impresionante. El teatro, un gran teatro, este moderno (El de ayer, la Sala Verdi, era pequeñito, de los de antes, una cucada). Era día de estreno, estaba lleno.Una versión libre, seria, profesional, buena puesta en escena, de mucha calidad.
No recuerdo ahora el nombre de la última compañía independiente importante que cayó en Madrid, qué lastima, la visitamos varias veces. No sé si aún queda alguna de relevancia en España (con teatro propio).
Esto sí da personalidad a una ciudad.
Por si fuera poco, el teatro me salió gratis. Quise sacar la entrada por internet pero con la tarjeta joven había que pasar por taquilla; como el teatro estaba cerca, me acerqué. Yo creo que fue mi encanto personal, lo cierto es que salí con una “entrada de cortesía” en el bolsillo. Era mujer quien me la dio.
El día en Montevideo te dio para mucho, hiciste de todo.
ResponderEliminarY sí, convencida que fuiste al teatro gratis por tu encanto personal… o por tu voz de “gallego”
Y perdí el carnaval por mis cantas para atraer la lluvia.
Eliminar¿Vaya librería más atractiva!
ResponderEliminarLa dislexia: ¡Vaya librería!, sin interrogante.
ResponderEliminarNo hace tantos años habría habido gente...
EliminarLentamente… ti stai ambientando. Si legge riga dopo riga. Buon proseguimento!
ResponderEliminarMe gusta lo de "riga dopo riga". No estoy seguro de entenderlo bien : linea tras línea,,.
EliminarNo te lo voy a negar, seguro que ese Shakespeare cae mejor que We Will Rock You y, por lo que veo, hasta más barato. Quién lo iba a decir...
ResponderEliminarWe will rock you sigue en mi agenda. No lo dudes.
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