jueves, 20 de febrero de 2025

11. Salto

 Parece que al final sí que voy a picar de carnaval. Me acaban de enviar entrada para el martes 25, en Montevideo  (cambio de la que perdí por lluvia). También tengo localizado un local de tangos, he hablado con ellos y solo hay baile, pero todo de andará; a ver si encuentro algo de cante para lunes o martes.

Son las 10 de la noche, en una hora cojo un autobús que me lleva a la otra punta, a Maldonado (Punta del Este para los profanos).  Supongo que la temperatura no mejorará (hoy he tenido un día infernal de calor) pero al menos tendré el mar; bueno, el río, pero es vaya río: cuando se junta al Atlántico tiene una anchura de 219 kms, casi ná. Una seguidora fiel me dijo que buscase el café por otros lares, cerca del mar, y eso he hecho. He reservado hotel en un pueblo, La Paloma, que me aconsejó el amigo S (el de Tacuarembó), me dijo que allí queda algo de puro Uruguay. Veremos.


Y hablando de puro y no puro, ayer empecé a ver la película  sobre la que una seguidora hizo un comentario hace unos días, La estrella azul, y reparé en algo obvio y que de alguna manera apuntaba en la entrada de ayer: por aquí no se ven indígenas. Es el primer país de Iberoamérica en el que  me ha sucedido (he leído que lo mismo pasa en Costa Rica). Parece que una gran mayoría son de origen europeo, el poco mestizaje que se haya podido producir se ha diluido. Y es en todos los sitios que he visitado no he apreciado signos de indigenismo. No era consciente, creí que me sucedería como en Argentina donde una cosa es Buenos Aires (el París americano dicen…dicen ellos) y los otros argentinos son otros… (así se ve en La estrella azul; y se dice). En carretera tengo previsto ver el resto de la película, a ver si descubro algo nuevo.


Siento de veras no tener contacto en este viaje con esa otra parte de habitantes iberoamericanos que son el contrapeso “de los que vinimos” desde el otro lado del océano y que le da una riqueza sin igual a todo este continente. Esperemos que algún día sean más dueños de su destino que lo que son hoy porque el poder, también por aquí, sigue siendo blanquito.


De un salto en Argentina



No me voy a extender más, que ha sido un día cansino, el sol mata y la falta de actividad mata más. Solo comentaré un sucedido. En Tacuarembó nos acercamos a Gardel pero se me olvidó hablar de la colección de vinilos que junto a un gramófono el apodado E tenía en la recepción del hotel. Más de 500, me dijo su amigo S; y le habían costado 20000 dólares; la persona que se lo vendió hoy  tiene 94 años, quería que esos objetos no se fuesen con él (y los dóloras). Al menos una vez al año hay una celebración de tangos en el hotel y alguno de esos discos suena en el gramófono. No hay foto. lo llevo en mi cabeza.


Pues bien, E me habló de un hotel en Salto al que merecía la pena ir, bien entendido que era un poco (pocomucho) viejo y otro poco (pocomucho) cutre (no fue esta la palabra pero queda que ni pintada). Que al alojarme podría ver una habitación en la que estuvo Gardel y que han convertido en museo. No me atreví con la reserva, voy de mochilero pero  pijo, tengo un punto. Es el Gran Hotel Concordia, por nombre que no quede. Justo a cincuenta metros de mi hotel (Eldorado, que no sea por nombres), se encuentra el del museo y al pasar por la puerta me he reafirmado en mi decisión. Como en la oficina de turismo me han dicho que el museo se podía visitar sin problemas, he vuelto una y otra vez al hotel (siempre estaba cerrado; adjunto foto del cartel indicador, mirad con atención: en el timbre hay un cartelito de no funciona) hasta que a media tarde, por pura casualidad salía un cliente y me ha animado a entrar; es otro mundo al margen de la calle, me ha dicho. Y era verdad, ahí van unas fotos de los patios del hotel, decadente donde los haya pero magníficos. Ha merecido la pena. El museo habrá que dejarlo para otra ocasión, estaba cerrado, Gardel a la puerta lo custodiaba.




Atentos al timbre
Un patio precioso. Pena de fotógrafo





6 comentarios:

  1. Pare che il tuo viaggio sia ricco di incontri e scoperte. Mi ha affascinato il racconto sul “margine”: che bel modo di chiamare una zona di frontiera. Allora sono andata a vedere anche i link e devo dire che che la mescolanza tra spagnolo e portoghese è ben comprensibile anche per me, anche se in alcuni momenti l’impressione è di essere in lavatrice 😃😃.
    Le foto ci rendono più chiaro il tuo viaggio e suscitano la voglia di visitare: beata pensione!
    Ma chi è il personaggio che si vede in tante foto? Forse un JC ? 😀
    Un abbraccio e buon cammino.

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  2. (A proposito delle foto: qualche volta sarebbe carino vedere che ci sorridi)

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  3. Ha merecido la pena colarse en el hotel....patios preciosos, ¿no te has sentado a leer?

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