Sencillo, que se comporta con llaneza, eso es ser campechano. Y así se llaman también los naturales de Campeche, no sabemos qué fue antes. Lo cierto es que aquí la gente es cordial, igual que en otros sitios
En la Oficina de Turismo hablo con X (así le digo en broma pero resulta que su nombre es Xochilt). Luego, por wasap me invita a participar en una revista, Visión Sur. Le hablo de mi blog. Me dice que al menos me podría sacar en su página de facebook. A ver hasta dónde llega mi éxito editorial a este lado del Atlántico. Ahí va la web del periódico y un enlace a la página de Xochilt; si alguien enganchado a esta red lee algo de interés me lo haga saber por favor.
https://online.pubhtml5.com/ofvs/oosz/
Hoy he tenido un nuevo Patio de los Naranjos, éste en campo abierto pero igual de acogedor que Uxmal. Se llama Etzná, a una hora de Campeche. El precio, una sexta parte. Ya está dicho todo: casi vacío. Parece que el precio diese valor.
Aquí no es un Castillo, no es una Pirámide, aquí es una Gran Acrópolis que al principio parece escondida y que cuando aparece ante tus ojos resulta grandiosa se mire desde donde se mire. Hay más, por supuesto, mucho más: juego de pelota, cómo no, plataforma de los Cuchillos, templo de los Mascarones…
Y arqueólogos. He tenido suerte, por fin alguien con quien hablar de cuestiones técnicas. Me venía preguntando estos últimos días sobre las evidentes reconstrucciones de todas estas ruinas. ¿Habrán sido capaces de mantener la esencia? ¿Habrán echado a perder para siempre algunos de los edificios? ¿Cuánto de verdad tiene Chitchén Itzá? Una arqueóloga muy amable me explica cómo trabajan, con qué criterios lo hacen hoy en día, bien entendido que en el pasado se han podido hacer estropicios (la duda es ella quien la plantea); eso ya lo sabemos, hay ejemplos en España y en otros lugares. En principio solo reconstruyen con lo que encuentran, no “añaden”, salvo en contadas ocasiones y siempre tiene que ser posible distinguir los añadidos del original. Con estas pláticas me entero de que los mascarones tan impresionantes que acabo de ver son una reconstrucción, el original está detrás, escondido bajo el derruido templo; no se informaba del “pequeño fraude”, tampoco tiene más importancia.
Etzná está más vivo que los yacimientos que visité antes, incluso se permite subir por alguno de los edificios, no es poco.
Vuelta a Campeche. Me da también pavor cuando veo detrás de cada obra carteles como el de la foto. Cada dos cuadras un cartelito ¿Se imaginan algo similar en cualquier ciudad española? ¿Cómo continuarán los proyectos cuando cambien Presidente o Gobenadora? Al menos en alguna ocasión he visto junto al cartel el presupuesto. Del contenido y de los tiempos no se dice nada. Ya digo, todo es contingente (Cuerda dixit).
El centro de campeche es una ciudad amurallada, muralla reconstruida que da personalidad a la ciudad marítima. Las calles dentro de la muralla, como viene siendo habitual, están en perfecta cuadrícula.
Pues bien, algún notable individuo ha tenido la bonita idea de que una de las calles, la 59, sea peatonal. !Padrísimo! que se dice por acá.
Lo mejor es el nombre que le han dado a la calle: “Andador turístico-cultural”. Lo de Andador me encanta, la palabra está llena de sabor, acepción de paseo puramente mexicana. Lo de “turístico” me puso en guardia, !qué necesidad! Lo de cultural me emocionó desde que lo oí por primera vez. Anticipé que no iba a ver librerías, para qué; tampoco teatros, para eso no es necesario una calle. Quizás un ateneo, o un salón de congresos. Cines tampoco, escuelitas menos (lejos para los peques). Ah, ya sé: habrá salas de baile, sea bachata, sean bailes tradicionales mexicanos; también estará lleno de locales con música en directo, no hablo de Mozart por supuesto, pero quizás Jazz o Rock, Indie, algo, lo que sea que no sea reguetón; tal vez boleros, a lo mejor corridos mexicanos (para turistas, digo)… lo que sea, coño. Pues no, solo hay restaurantes y bares (lease pubs). Y claro, como hace buen tiempo, mesitas a discreción en la calle; así, lo de “andador”, lo único que me gustaba, se ha jodido: simplemente no se puede andar.
Se me olvidaba: las obras de estos 800 metros de calle también están apoyadas por los mismos, quede constancia. El presupuesto parece que sí ha dado para una conmovedora iluminación (ver única foto que tuve el atrevimiento de hacer). Viva la 59.
No diré hasta mañana sin dejar constancia fotográfica de que esta es una ciudad que da al mar, al golfo Pérsico. Para ir a las playas hay que salirse de la ciudad. Me quedo con las ganas. La más cercana es de pago, como en Italia tengo entendido. Duro imaginar en España que las playas fuesen de pago. Aunque yo me lo pensaría dos veces. Solo con que fuese a la playa un 10% de los 80 millones de turistas que se reciben al año se hacía un gran negocio; eso sin contar el gran beneficio para el medio ambiente. Gratis para los nacionales, por supuesto.
La foto, en el malecón, me la hizo uno de Minesota (pronunciado en americano suena guay). Él tuvo más suerte; en su foto conseguí pelícano, sobre el agua y por el aire, en la mía solo sol, pero una bonita puesta de sol ¿O no?
En tu foto tambíen se ve un pelícano, ¿o me lo parece a mi?
ResponderEliminarSí, ves bien. Pero la que hice al americano era más chula. Sol y pelícano, todo en una.
EliminarComo en el Patio de los Naranjos...que chulo!!! Tienes que estar requetebién.
ResponderEliminarDisfruta amigo. Cris
Sabía que no te ibas a aguantar.
EliminarHola Indiana. Un beso 😎
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