Escribo en el avión, ya cerquita de México. Y escribo sobre lo que he aprendido estos últimos días. Cosas que sabía y cosas que no. Son solo pinceladas, un batiburrillo de historia, fría historia, curiosas historias. Solo historia.
Para empezar hay que remontarse diez mil años atrás, a las civilizaciones mesoamericanas. La zona sur de México, Belice, Guatemala y algo del Salvador, a eso se llama Mesoamérica, ahí se establecieron los Mayas.Los Aztecas estaban más al norte, en torno a Tenochtitlán, lo que hoy es Ciudad de México. Este viaje solo será al mundo maya.
Para los profanos, entre los que me incluyo, esto es como cambiar de dimensión, como puede serlo el antiguo Egipto. Un mundo lleno de misterio y muchas veces incomprensible. Un complejo jeroglífico. Y apasionante. Tendré oportunidad de escribir sobre ello en los próximos días, tengo previsto visitar más de un yacimiento.También indagaré sobre dos hechos que me intrigan: el sacrificio humano (ofrenda a los dioses) y el canibalismo; ambas eran prácticas más que habituales de aquellos pueblos que en muchos otros aspectos (arquitectura, escultura, astronomía, escritura, agricultura etc), ya se ha dicho, estaban muy desarrollados. Cuesta entenderlo.
Solo unos milenios después, en 1519, llega a aquellas tierras un tal Hernán Cortés.En escasamente dos años el mundo maya se desmorona.
Lo de Cortés fue una increíble conquista; salvaje, esa es la palabra. Una aventura digna de una obra de ficción difícil de imaginar. Fue tal la confluencia de factores que hicieron posible la conquista que cuesta creer que fuese como la cuentan los libros, pero son demasiados los testimonios.
Primero Dios, en el que Cortés se apoyaba con fe inquebrantable. Además tuvo que ser un hombre con una extraordinaria confianza en sí mismo y no dudo de que de una gran inteligencia. Siempre mirando adelante, con las ideas claras.
Otro factor: el afán evangelizador de la Iglesia; y de los propios conquistadores. A mi me sigue pareciendo desmedido; aunque, mires por donde mires, en ello se sigue. No llegaban a un pueblito y lo primero que hacían era echar abajo los ídolos locales y poner cruces e imágenes de la Virgen. Y les convencían.
También una mujer, la gran Malinche, la indígena que dio un hijo a Cortés y sin la cual, no hay duda, la historia hubiera sido otra. Cortés hablaba, pero era Malinche la que daba forma a sus palabras. Y así se fue ganando el favor de tantos caciques y papas y pueblos.
Y quizás lo más relevante, pueblos indígenas en busca de sus propios intereses: luchas internas, historias de dominación y de sumisión, lo que unos querían frente a los otros etc. Ayudaron tanto a la conquista que todavía se tienen que estar revolviendo bajo tierra. Cortés iba con 500 soldados pero sus ejércitos llegaron a contar con la ayuda de miles y miles de indígenas que luchaban a su lado. Hizo lo imposible.
Pero, ojo, hay que decirlo, Cortés y su gente tuvieron un enemigo constante que como es habitual, estaba en casa: los otros españoles, también ansiosos de poder y de riquezas. Cuentan los entendidos que en esos años murieron más españoles a manos de españoles que a manos de indígenas. Peleas internas de las que Cortés al final salió victorioso.
Y así en 1521 aquello pasó a ser Nueva España, el Virreinato de Nueva España
Más tarde, como siempre, cómo no, la revolución, los Zapatas y los Villa y los Juarez y en 1822 México proclama su independencia. España empieza a dejar de ser lo que había sido.
A partir de 1845 y poco a poco, los Estados Unidos se van anexionando Texas, California, Nevada, Utah y parte de Colorado, Kansas y otros estados. Más de la mitad de lo que era México pasó a ser “Norteamérica”. Asombroso. Años después, el gobierno mexicano vende Arizona y Nuevo México a los EEUU, por 10 millones de dólares. Así se escribe la historia.
Un salto a 1864. En este año sucede algo que suena ridículo pero que a mi me ha llamado mucho la atención. Y fue el intento de restaurar la monarquía en México. Europa “envía” a aquellas tierras a Maximiliano de Habsburgo como emperador. Ejecutado a los tres años. Hizo lo que pudo. Falló el intento. La historia de esos años es realmente curiosa. Me pregunto si, las cosas por aquí habrían sido distintas si hubiese tenido éxito “esa monarquía europea”.
Ya en el siglo XX mencionar dos cosas. La permanencia en el poder durante 70 años del mismo partido político (el PRI), desde 1930 hasta 2000, lo que es algo poco habitual en la historia y si no, que me den más ejemplos. Y algo que a mí siempre me ha llamado la atención: la cantidad de españoles que, por la guerra civil española, decidieron emigrar a México y cómo de bien fueron recibidos y cómo han ido creando una estirpe notable de Hispano-Mexicanos.
Y eso es todo por hoy, premio al que hasta aquí haya llegado.
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