La logística es una disciplina dura. La logística es absorbente. Lo dice alguien con conocimiento, alguien que le ha dedicado al asunto un 80% de su vida adulta. Alguien que ha vivido, y bien, de la logística. Y como siempre, no vale solo con saber, hay que ser capaz de aplicar el conocimiento. Digo esto porque todos los días distraigo mi pensamiento con la logística del viaje; y hago continuados esfuerzos para que todo me vaya saliendo sin sustos.
Recursos económicos, dinerito en la tarjeta, dinerito en efectivo, la comida, la comida sentada y la comida para llevar, el transporte, los horarios de transporte, los precios y los tiempos, la tarjeta SIM, que tenga datos, la bebida, el descanso, el necesario descanso, la ropa, la ropa limpia, la higiene, la ducha, los sanitarios, los planes de visita, los horarios, las propinas, la gente que te atiende, los amigos que te leen, el tiempo para la preparación del recorrido, el tiempo para la lectura, el blog, el placer y la tiranía del blog, los planes alternativos, la familia, la familia que te llama, los recuerdos que te vienen, ay, los recuerdos, el sueño que no llega, el sueño que te puede...todo, todo tiene que estar coordinado para que el resultado pueda ser presentable ante uno mismo. Eficaz, óptimo.
Digo todo esto porque ayer subí a un autobús a las 11 de la noche y he amanecido en Tuxtla a las 5:40 del día siguiente, todavía de noche. Tuxtla es la capital de Chiapas. Sin el apellido suena pero que muy bien, sucede sin embargo que es Tuxtla Gutiérrez, lo siento. Y qué se puede hacer a tales horas. Pues ir al hotel reservado para los dos días siguientes (afortunadamente un buen hotel), asearse de la mejor forma posible, comer lo que se tenga a mano y lanzarse al nuevo día. Y también organizar lo del siguiente día. Aquí empiezan pronto y a las 7 ya puedo hablar con quien necesito para organizarme el viaje del sábado al Cañón del Sumidero. Hecho, tick.
Y directo al colectivo de la ciudad que me lleva a los colectivos que me llevarán a San Cristobal de las Casas. El “de las Casas” se lo pusieron por Bartolomé, fraile dominico y obispo de Chiapas, polémico defensor de los indígenas ante los Reyes Católicos, el que escribió la “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”. Se lee en una sentada. El amigo, como es de suponer, sigue teniendo muchos seguidores por estas tierras.
Busco con ansias una cafetería y me organizo el día. Mi primer planteamiento es pasear la ciudad, la cuadriculada ciudad. A estas horas, son las 9, está preciosa, de postal. No hago fotos, no sería capaz de captar la belleza del lugar. Dos enlaces a Youtube ayudan y seguramente se pasa un rato más divertido que leyendo estas tonterías que me digo. Si no enteros sí conviene ver un poco antes de seguir adelante, se entenderá mejor mi discurso.
https://www.youtube.com/watch?v=qWuKvDM4frY&pp=ygUac2FuIGNyaXN0b2JhbCBkZSBsYXMgY2FzYXM%3D
https://www.youtube.com/watch?v=PPYTkOxD6z0&t=563
Estaremos de acuerdo es que SCDLC es ciudad bonita donde las haya….pero, ay, tomada por el mercado. Todo son tiendas y restaurantes y compras y ventas y alegría y felicidad. Aquí el turismo es “alternativo”, aquí no vienen americanos, acaso canadienses, aquí vienen jóvenes, mucho joven, gente que dice encontrar el paraíso, la paz, la esencia de la vida…. Salvando las distancias, Ibiza hace 50 años. Sin mar. Hoy es un poco Netflix y Disneylandia mezclado con Venecia. Imagino cómo sería hace 30 años y siento rabia y pena.
Masificación, esa es la palabra.
Y yo, que soy tan listo, ya me planifico volver el domingo…..bueno, ya se me entenderá cuando llegue el momento. Por ahora y una vez visto el exterior del Templo y ex-convento de Santo Domingo de Guzman (una maravilla) y paseado el mercado (puro tipismo, grande, interesante) me voy a lo alternativo, a la Casa del Jaguar.
Na-bolom, la Casa del Jaguar. Aquí paso dos entretenidas horas aprendiendo de dos personas, las que dejaron esta fundación, de esas que te asombran, de esas de las que se siente una envidia inmensa, envidia por poder hacer solo una milésima parte de lo que ellos hicieron, envidia tal que te hace sentir minúsculo. Él arqueólogo, ella fotógrafa, los dos, muchas cosas más. Frans Blom, danés, Gertrude Duby (Loertsdher de soltera), suiza.
Esto lo fotografíe en Na Bolom. Cómo no apreciar la labor de Frans. |
Frans y Gertrude se casaron y “dedicaron su vida” a los lacandones, único pueblo maya no conquistado, dicen. Realmente fueron más allá y su defensa fue del medio ambiente en el que vivían y de su cultura. Su defensa traspasó fronteras y sirvió de ejemplo para otras muchas iniciativas similares.
Las vidas de ambas personas son ejemplares, merece la pena escribir sus nombres en Wikipedia y dedicar cinco minutos. Solo decir que ella fue reconocida en 1991 como la Primera mujer ecologista en las Américas. Sus más de 50.000 fotografías son un testimonio de su trabajo. La biblioteca que dejaron es otro factor más de envidia, no de la sana, creo.
Como en el patio de Na Bolom, hablo con unos donostiarras muy agradables, me deleito de nuevo con la biblioteca, subo al cerro de San Cristobal, mirador imprescindible (?) y de vuelta a Tuxtla, que estoy derrotado.
Que no se me olvide: el donostiarra masculino conocía Aranda, conocía Sonorama, conocía la Plaza del Trigo, tocó allí hace tres años. Sigue tocando en un grupo.
No me digan que no... |
La vista,,,pues normalita...La subida, esa no lo era. |
A ti no te gusta perderte, però esto no perderte lo haces bien. Que tu viaje continúe bien!
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