Cierto que el Gran Juego de Pelota de Chichen Itzá es impresionante, aunque huela a reconstrucción; cierto también que El Castillo es un verdadero icono. Eso y otras cosas avalan su prestigio. Pero Uxmal es acogedor, te recibe sin ruidos, entre árboles y caminos malamente señalados y las ruinas aparecen por doquier de forma desordenada. No tiene Observatorio como Chichen Itzá, tampoco cenote para los sacrificios, pero tiene encanto. Se percibirá por lo que digo que Uxmal me ha gustado mucho. En Chichen Itzá me sentí como supongo se sentiría uno al amanecer en la plaza mayor de Salamanca. En Uxmal me he sentido como me sentí en el Patio de los Naranjos, junto a la Mezquita de Córdoba.
Uxmal está a hora y media de Mérida. Hay que saberse los trucos. Incluso la guía de Lonely Planet no me ha servido de mucha ayuda. Preguntas aquí y allí y al final vagoneta hasta Muna y en taxi diez minutos hasta Uxmal. Las guías de viaje empiezan a tener competidores demasiado serios. Un enemigo tan bueno como Booking deja a un lado cualquier propuesta de cualquiera de estas guías. Y en restaurantes pasa algo parecido. Lo relativo a transportes, opciones de viaje etc suele ser muy aprovechable pero ya se ve que la realidad nos desborda. Y ojo, que la edición de mi guía es de 2022.
Mientras esperaba a la vagoneta en Mérida, en el Parque de San Juan, me he comido un horrible bocata que me ha sabido a gloria. En la sucia pared un ensuciado anuncio: “Solicito cocinera, 300 pesos/día” (unos 16 euros). De la dedicación no se dice nada, me lo puedo imaginar. He visto decenas de estos carteles por toda la ciudad. Transmiten la sensación de que aquí hay trabajo, eso se transmite.
Entro a primera hora, a las 9. Muy poca gente y eso también es un valor. Y hablando de valor, he tomado un cafecito antes de entrar en un sitio superchulo y el palo deja atrás récords bien conocidos: 156 pesos, 8,5€. Y de una asquerosa cápsula. No son nada cafeteros los mexicanos, se conforman con el café americano. Curioso también que en los locales no turísticos no se sirven bebidas alcohólicas, ni una miserable cerveza (en Muna la tuve que comprar en una tienda y llevármela al chiringuito). Lo que también están aprendiendo de sus vecinos es la operativa “propinera”. Cuando vas a pagar con la tarjeta te preguntan porcentaje, 10%, 15 %, es la propina. Ya me he acostumbrado y ni lo discuto, no será por ganas a veces.
Pensé que tanta ruina iba a ser mi ruina, pero no, cada rincón de Uxmal es un deleite para el cuerpo y sobre todo para el espíritu. Hoy sí, hoy aburro con mis fotos. Y mientras las cargo pienso de nuevo sobre mis dudas en torno a los sacrificios humanos. Y he reparado que los mayas eran más indulgentes que los egipcios; estos se llevaban los criados a la tumba, aquellos les sacaban antes la sangre. Y sobre sacrificar al enemigo qué de nuevo se puede decir; hoy en día se sacrifican no solo soldados, también niños. Lo de las vírgenes era un poco diferente, ya se sabe, lo relativo a las mujeres ha tenido muchos altibajos a lo largo de la historia. Mi otra gran preocupación, el canibalismo. Qué voy a decir, una vez sacrificados, quizás mejor comérselo uno mismo que dárselo a los buitres; el hambre es muy duro.
Dos horas y pico me separan de Campeche donde duermo. Al llegar al hotel tengo una pequeña decepción: es barato (29€ la noche), es limpio, la habitación es grande y el dueño es amable y eficaz en extremo. Pero hay dos cosas que me revientan: las cortinas y las vistas; y lo peor, si tapo las vistas solo veo cortinas. Mala leche, no todo sale bien.
A dos metros un muro. |
Puro puticlub |
Mientras ceno al aire libre en un lugar de esosde Tacos, Antojos, Carnitas, Tortas, Salbutes, Panuches y otras mil maravillas se me acerca una señora que vende pasteles (al restaurante no le importa que otros hagan sus negocios a la vez que ellos hacen el suyo), hablamos, me cuenta que se vino hace cuatro años de Ciudad de México a estas tierras. Secuestraron a su marido, tenía un Uber, le pidieron 1.000.000 de pesos por el rescate. Lo tuvo que pagar. Y se vinieron.
Me como una sopa de pavo, un tamal y !una horchata! Riquísima. Olvídense de Alboraya. Con esto me voy a dormir como un señor
Apetece estar en estas ruinas... y además no se ven muchos visitantes que siempre se agradece. Ya veo que sigues dando vuelta al tema de los sacrificios.
ResponderEliminarSopa de pavo ! no lo había oido...
Un besazo