A un fiel seguidor que vive en un pequeño país de Europa Central le gustaría saber cómo son los mexicanos vistos de cerca.
Esta es la opinión que me estoy formando. Para mi son los hispanos más parecidos a los españoles.
Siempre hay un buenos días cuando montan en un colectivo, siempre un que aproveche cuando pasan al lado de la mesa en la que comes, siempre un de donde nos visita amigo, siempre un movimiento de cabeza cuando se cruzan contigo por una calle solitaria. Todo un lujo.
Los mexicanos son, en general, educados, cercanos y humildes (a veces siento vergüenza por la soberbia del primer mundo, empezando por mi mismo).
Pienso que son más callados que los españoles, escuchan mejor. Por otra parte, cuando están molestos callan y hay que ver lo que eso molesta; incluso te puede poner nervioso, me ha pasado en más de una ocasión (esto también me sucede en otras situaciones, esas personas que se te quedan mirando y tienes la sensación de que de un momento a otro te van a disparar). Por contra, les gusta el ruido, especialmente en forma de música a todo volumen. En Colombia y otros países caribeños es parecido pero aquí es más llamativo porque, me parece, el mexicano es muy guasón, bailón y disfrutón, más que otros (algo así como si comparásemos españoles con otros europeos)
Son más calmados, a veces se podría pensar que más flojos (así dicen ellos), no sé, puede ser...
Por el momento esto es con lo que me voy quedando.
No he leído mucho a escritores mexicanos, he visto películas de ellos o sobre ellos, pero creo que el estereotipo que “tenemos” es, como todo estereotipo, erróneo. Me gustaría saber qué piensan otras personas, preguntaré, investigaré.
Hoy ha sido un día tranquilo. Tenía contratado un tour. Minibus con aire acondicionado, nueve personas, recogida en el hotel a las 9:15, vuelta al hotel a las 18:00.
Te llevan a pie de la presa (que se construyó al final del cañón), subes a una barca, 42 kilómetros de ruta impresionante (falla natural, de 13 millones de años), otros tantos kilómetros de vuelta, visita a un precioso pueblo llamado Chiapa de Corzo (aquí me como una quesadilla hawaina -piña y jamón- muy buena). Para terminar nos llevan a tres miradores situados en lo alto del cañón, a 800/1000 metros sobre el nivel del río. Todo es parte del Parque del cañon del sumidero, que también tiene su coste. Pues todo, excepto quesadilla y propinas, por 500 pesos, 28 euros. O sea, el mejor de mis tours en muchos muchos años.
Como he dicho, éramos nueve. Tres jóvenes biólogas que han sido mis fotógrafas, majas de verdad; eran de Zacatecas, más arriba de Ciudad de México, entre Guanajuato y Durango. Dos alemanas cuyos próximo destino es de donde yo vengo, he servido de intérprete. Y un matrimonio joven con una hija que siempre llegaban tarde y que no han parado de hacer "selfies". El conductor, Octavio, un señor.
El río es el Grijalva, se le puso nombre de un conquistador que entró en México en expedición anterior a la de Cortés.
El que no quiera acercarse hasta Chiapas puede echar un vistazo a alguno de estos vídeos. No es necesario verlos enteros.
Pero, por favor, por favor, no hay que perderse el del acróbata, son 40 segundos.
Yo vi el árbol de navidad, la cueva de colores, he visto cocodrilos (cocodrilillos) y he sentido vértigo desde las alturas (1000 metros sobre el río y más de 3000 sobre el mar). Con el acróbata no coincidí.
De la plaza de Chiapa de Corzo no he conseguido una foto que refleje la enormidad de su tamaño. Calculé, metros entre columna y columna por número de arcos, unos 200 metros por lado, un cuadrado perfecto e imponente con soportales alrededor. Animo a visitarla. En el centro un edificio “español” del siglo XVI, diríase de influencia árabe. La iglesia, Santo Domingo de Guzmán, también muy bella, vaya con los dominicos.
Me ha encantado el relato de hoy. Un beso, precioso.
ResponderEliminarHermoso mensaje hacia los mexicanos sin duda usted es una persona apreciable
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